jueves, 28 de enero de 2010

ESPERANZA.

Ayer día 27 regresé de Pamplona. El viaje se nos dió bastante bien para como se presentaban las condiciones meteorológicas. Hemos estado en la Clínica dos días, muy intensos. Ha sido agotador y estresante tantas horas de hospital pero el resultado final ha sido satisfactorio. El estudio que han hecho a mi hijo nos ha dejado la sensación de que el niño está en muy buenas manos. Y las noticias que traemos son muy alentadoras, tenemos una gran ESPERANZA en que todo salga bien, a Dios se lo pido.

Hoy quisiera ampliar el término ESPERANZA. Sencillamente podríamos decir que se trata de tener confianza en conseguir una cosa, que se realice algo que se desea. Acertada es la definición, desde luego, pero hay algo más profundo detrás de esa palabra tan bonita.

La ESPERANZA nace de la fé, nace del amor. Tenemos confianza de que se va a cumplir lo que deseamos porque tenemos ESPERANZA, es decir, tenemos fé en que suceda. Y a la vez amamos con la ESPERANZA de que todo salga bien. Los momentos críticos de la vida sólo se pueden superar con un "gran salto de altura", pero si no tenemos ESPERANZA, no conseguiremos llegar a la meta.

A lo largo de estos años que estamos luchando para intentar que se solucione el problema de nuestro hijo me he dado cuenta de una cosa. Si hay algo dónde hay ESPERANZA es en un niño, sano o enfermo, ellos son pura ESPERANZA. Y también cómo en los momentos de sufrimiento, de bajón, en esos momentos en que todo lo ves negativo. La ESPERANZA sirve para dar un vuelco a la situación y reconducir los pensamientos negativos en positivos.

Cómo he comentado en el punto anterior. Cuando te llega la desesperanza ó incluso la desesperación. Hay qué intentar buscar el sentido de la vida. Y el artífice de encontrarlo, está en tu niño. Cuando le ves su día a día, cuándo le ves que nada se le pone por delante, cuándo siempre le ves el brillo en sus ojos. En esos momentos es cuándo le encuentras el sentido a la vida. El porqué de tu lucha. Los niños no tienen autocompasión, no se dan pena, no tienes que ir a pelotearles ni que digas pobrecitos, que va, no. Los niños tienen mucha ESPERANZA, mucha fuerza interior. Y aún sabiendo, siendo conscientes de que tienen un problema, ellos siguen interesados por las cosas, miran al exterior, al futuro. su futuro está lleno de ESPERANZA.

Para terminar quiero decir qué tenemos que intentar llenarnos, día a día, de ESPERANZA, porque sólo con ella seremos capaces de dar a los demás todo lo que tenemos nosotros. Tener ESPERANZA es tener sentido de la vida. Se la tenemos que transmitir a nuestros hijos, les tenemos que inculcar confianza. Confianza para hablar de todo y escucharles todo, confianza en que siempre les vamos a decir la verdad, por muy dura que pueda resultar. Si conseguimos esto. En lo cotidiano, cuando la vida te dé un vuelco inesperado, tendremos unos cimientos fuertes y sólidos para poder luchar. Esa es la ESPERANZA.

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